viernes, 17 de julio de 2015

CAMPAMENTOS JUVENILES. EL CUCO Y GARITA PALMERA. EL SALVADOR

CAMPAMENTO JUVENIL.PLAYA EL CUCO, SAN MIGUEL. ENERO 1974. GARITA PALMERA, AHUACHAPÁN. 1971 La pesca milagrosa. Aparecieron en el campamento, viniendo de la playa, Fidel Molina, Carlos Garay , con un pez boca colorada de 1 metro de largo que habían acabado de pescar milagrosamente en las olas del océano. Digo milagrosamente porque no eran pescadores profesionales, sino turistas ocasionales y tiraron el anzuelo. Comimos todo el campamento pescado. En sopa y frito. Edilberto Arévalo, Luis Panameño, Jeremías Bolaños, Juan Bueno, Raúl Durón, Roberto Espinosa asistían a la actividad Se rentó un bus que salió del Centro Evangelístico. 2ª av. Nte. 1617, San Salvador. La actividad organizada por Jeremías Bolaños, presidente de San Salvador de los jóvenes Embajadores de Cristo. Éramos unas 60 gentes en el campamento de dos días. En la noche predicaba Juan Bueno. Glen daba clases en la mañana. ORACIÓN CON LAS ESTRELLAS. HITOS DE MI VIDA. Mientras Juan Bueno ministraba a los jóvenes en la reunión de la noche; me fuí a la playa a orar. Playa larga y el cielo plagado de estrellas. El ruido ensordecedor de las olas y la reventazón de olas. El mar parecía salirse de sus límites. Yo buscaba a Dios en oración para orientación de mi futuro. Soltero de 23 años. Hacía dos años había renunciado a mi trabajo de contador con Time Life y Reades’ Digest en San Salvador, para dedicarme a la Predicación del Evangelio de Jesucristo con Las Asambleas de Dios. Había tenido mi primera experiencia pastoral y fundador en Tonacatepeque. ¿Qué será de mi futuro?, le pregunté a Dios en mi oración. ¿Hacia dónde va mi destino? A lo lejos de la playa se oía el aplaudir de las manos. Oraciones elevadas, Lloros, quejidos y alabanzas se entrelazaban en el grupo de oración. Todos ellos buscaban a Dios. Dormíamos en hamacas, debajo de los árboles, en enramadas de palmas de cocos. La arena limpia acariciaba nuestros pies. Las estrellas y la playa son testigos de mi oración. Regresé alegre, gozoso y animado del campamento. Prediqué 1 año en Ayutexpepeque, 13 años en Colonia España, Mejicanos; 12 años supervisando Santa Ana, La Paz, San Vicete, Cuscatlán y Cabañas. 5 años con Educación Cristiana en el Templo Cristiano de San Salvador, 10 años en un ministerio itinerante compartiendo la escuela de la vida. Las estrellas y la playa todavía están allí y lo estarán por siglos. Yo sigo mi rumbo definido por Dios. ¡Hacia la eternidad. BAUTISMOS EN EL ESPÍRITU SANTO EN CAMPAMENTO JUVENIL Fuimos al campamento en Garita Palmera. Estuvo muy bendecido. Varios recibieron la promesa y hablaron en otras lenguas. Estuve a punto de recibirla. Salimos agosto 3. Llegamos a las siete y media de la noche. Estaban carretas esperándonos para llevar las maletas. Nosotros nos fuimos a pie. Salimos a la playa bien mojados pues se vino una tormenta fuerte. Caminamos y caminamos por la playa; parecía que nunca lle-garíamos. Alguien gritó: ¡debemos orar! Y allí en la playa, bien mojados, oramos de rodillas. Pedíamos se calmara el agua. Podíamos vernos los rostros unos con otros sólo cuando un rayo caía y alumbraba la playa y a todos los hermanos. Empezamos a sentir la presencia del Señor en una forma maravillosa desde la primera oración. Luego seguimos caminando. Ya el frío se dejaba sentir. Mis dientes sonaban como maracas por el frío. Mis zapatos llenos de agua. Alguien dijo: ¡aquí es! ¡Qué descanso! Las maletas ya se encontraban allí pero mojadas. Mi hamaca se mojó por lo que tuve que dormir en la arena. Llegaron los otros hermanos que venían detrás de nosotros y como pudimos amanecimos. A pesar de todo no sentimos rendimiento. Hicimos el culto matutino en la playa a las seis de la mañana. Desayunamos. Después las clases: Relaciones Humanas, Espíritu Santo, Noviazgo Cristiano, Sexo, etc. Por la tarde nos quedaba libre para bañar, jugar fútbol, ir a navegar o dormir. Sinceramente yo creí que el Espíritu Santo no se iba a manifestar al ver la alegría juvenil, pero fue al contrario. ¡Qué bendición! En el culto de la noche comenzó a dirigir Tenorio y él llegó un momento cuando ya no pudo seguir hablando pues cayó ar- rodillado ungido de la presencia del Señor. De ahí para allá el Espíritu Santo tomó el tiempo y comenzó a bautizar a los jóvenes. Era un día de pentecostés. Me imagino como cuando los apóstoles recibieron esta bendición en el Aposento Alto según Hechos 2. Unos lloraban, otros gritaban de alegría. Algunos quedaron en la presencia del Señor tirados en la arena. Todo era alabanza y adoración. Nos dormimos esa noche a las 12 ó 1 de la mañana. Fue una noche gloriosa parecía como que fuéramos locos en aquella gritería. Dice la Biblia que las cosas de Dios son locura a los que se pierden. En las dos noches siguientes el Señor siguió manifestándose en una forma maravillosa. La última noche fue la fogata: se hizo un fogón y todos los campistas estabamos alrededor. Cada uno pasó a dejar un pedazo de madera en señal de que nos queríamos consagrar a Dios. El fuego representaba el Espíritu Santo quemando nuestras vidas. El sábado regresamos con las maletas en las carretas y nosotros por la playa. Realmente fue algo maravilloso ver cuántos jóvenes (iban dos buses) no hablaban de otra cosa si no era del poder de Dios. El domingo por la mañana fue una gran sorpresa cuando estábamos todos en el devocional en el Centro Evangelístico. El culto se desarrolló lo normal sintiéndose la dosis especial que los jóvenes tenían el poder de Dios. Cuando el predicador, Hermano Cristóbal Ramírez, iba a comenzar la introducción de su sermón muchos jóvenes comenzaron a bajar del balcón y se iban a orar al Aposento Alto, cuarto especial para orar. A Medida que iban llegando al Aposento Alto, se iba oyendo aquella bulla. El Predicador dijo: “. . .realmente yo no soy quien va a impedir la bendición de Dios, ya no sigo el mensaje y los que quieren ir a orar con los jóvenes, vayan. . .” Hasta allí llegó el Culto Devocional y algunos se levantaron para orar en el Aposento Alto y otros se fueron al altar. Muchos recibieron el poder de Dios y hablaron en otras lenguas según el Espíritu Santo les daba que hablasen. Pasaron varias horas y la gente orando. Muchos salieron sin poder hablar pues se enronquecieron. ¡Dios Guardado Garita Palmera-Playas- Ahuachapán. 1971 http://pentecosteselsalvador.blogspot.com/search?updated-max=2015-01-30T09:51:00-08:00&max-results=7

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